Coordinación editorial: Marisol Vera Guerra
NÚMERO ESPECIAL: ALQUIMIA ¿Qué hace un alquimista en su laboratorio?, ¿magia?, ¿ciencia?, ¿un encuentro espiritual? Refl exionamos, acaso, sin quitar la vista de la conserva de frutas a “baño María”, procedimiento ideado por la primera mujer alquimista de la que se tiene registro: María la Judía, por ahí del siglo II d. C., en Alejandría. Esta, la rama greco-egipcia de la alquimia, es la que se extendió por Occidente. Cultivada con entusiasmo en Europa por fi guras como el padre de la toxicología, Paracelso (quien nos enseñó que la dosis hace al veneno), y el mismo padre de la ciencia moderna, Isaac Newton, a quien se le atribuyen un millón doscientas mil palabras sobre el tema. La ciencia química no habría sido posible sin el trabajo de los alquimistas, quienes veían en su misión de transmutar el metal corriente en oro, un camino de perfección; un proceso que involucraba la materia y el espíritu. Como ejemplo de sus aportaciones está la destilación, que surgió con fi nes alquímicos para extraer el espíritu vital de las sustancias. Parte de sus herramientas y descubrimientos fueron adoptados, también, por la medicina. Hasta nuestros días no ha dejado de fascinar su infl ujo, la búsqueda de la piedra fi losofal que se reinterpreta desde tantos ángulos como la imaginación lo permite. De ahí que en Papeles de la Mancuspia hemos preparado este número especial, donde diversos autores abordan el concepto de alquimia desde sus aspectos fi losófi cos hasta los lúdicos y estéticos.